El pangolín, al igual que el tapir, tiene varias
especies. Estas se ubican en los continentes de África y Asia. Específicamente
en las regiones tropicales de China, India, Pakistán, Filipinas y Borneo. Así
como en las sabanas y prados de Sudán, Angola y Tanzania entre otros. La
mayoría de las especies viven en madrigueras en la tierra, otras
viven solo en los árboles.
El tamaño del pangolín varía entre las especies. Su
cuerpo está cubierto por escamas que al nacer son blandas, pero que van
endureciéndose mientras crece. Estas escamas lo ayudan a protegerse de
depredadores como: el león, el tigre y la pantera nebulosa (clouded leopard).
Al sentirse en peligro, el pangolín se enrolla y sus afiladas escamas se
erizan, pareciendo una bola. De esta manera los depredadores no pueden herirlo
ya que no pueden penetrar sus escamas.
Otra adaptación morfológica del pangolín lo son sus
garras, las cuales utiliza para cavar en la tierra endurecida. Debido a que sus
garras delanteras no están adaptadas para caminar. Varias de las especies
encogen sus patas delanteras, utilizando solo sus patas traseras al caminar.
Entre las especies del pangolín existen varias
diferencias, pero podemos distinguir el pangolín africano del asiático
fácilmente, si observamos su cuerpo. El pangolín asiático tiene pequeñas orejas
y escamas debajo de la cola, el africano no.
Los pangolines son animales insectívoros y tiene el
sentido del olfato muy desarrollado. Esto les ayuda a encontrar madrigueras de
termitas con facilidad. Su pegajosa lengua se empapa de insectos y de pequeñas
piedras que luego le ayudan a moler su comida dentro del estómago ya que no
poseen dientes.
Un dato curioso del pangolín es que si se encuentra en peligro protege a sus crías enroscándose con ellas dentro. Además es el único mamífero con escamas.
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